Tras la activación del protocolo de seguridad para este tipo de situaciones, los agentes se trasladaron hasta el lugar del hallazgo y procedieron a su localización, señalización y posterior retirada del artefacto mediante personal especializado.

Este artefacto explosivo resultó ser una granada contra-carro de 88.9 milímetros para lanzagranadas (bazoka), marca Instalaza. Modelo MB-66 combinado rompedora y de carga hueca.

Una vez recogido por el personal especializado, componentes grupo SEDEX con base en la Comandancia de Valladolid, se procedió a su traslado a un punto próximo y seguro para proceder a su destrucción inmediata debido al riesgo que supone su transporte y manipulación.

Para este tipo de servicios la Guardia Civil cuenta en la actualidad con personal altamente especializado tanto en la búsqueda, Técnico Búsqueda y Localización de Explosivos (TEBYL), como en su desactivación, Servio de Desactivación de Explosivos (SEDEX).

Desde la Guardia Civil se advierte de que el transporte y manipulación de este o cualquier otro tipo de artefactos, sean conocidos o no, tiene un gran riesgo, por lo que se aconseja y recomienda "no tocarlos ni moverlos y dar aviso inmediato a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para su recogida y posterior destrucción".

"Hay que tener en cuenta que no nos podemos fiar del aspecto físico de estos artefactos, que a pesar de parecer deteriorados, obsoletos e inofensivos, pudiera ser que estuvieran aún activos, pudiendo causar graves daños a las personas que los manipulen", concluyen las mismas fuentes.