Reptiles e insectos vivos y cerdos copulando que retiraron del Guggenheim neoyorquino, llegan a Bilbao

Un hombre observa El teatro del Mundo (1993), del artista Huang Yong Ping, una obra con animales e insectos vivos que se muestra en una exposición en el Guggenheim de Bilbao.
Un hombre observa El teatro del Mundo (1993), del artista Huang Yong Ping, una obra con animales e insectos vivos que se muestra en una exposición en el Guggenheim de Bilbao.
Miguel Toña / EFE
Un hombre observa El teatro del Mundo (1993), del artista Huang Yong Ping, una obra con animales e insectos vivos que se muestra en una exposición en el Guggenheim de Bilbao.

El Guggenhein de Bilbao inaugura este viernes una exposición que viene precedida de bastante polémica.  Se llama Arte y China después de 1989: El Teatro del mundo, está previsto que permanezca accesible para los visitantes del museo hasta el 23 de septiembre y se trata de la mayor muestra de arte contemporáneo chino, con obras ubicadas entre 1989, año de las protestas en Tiananmén, y 2008, el año de los Juegos Olímpicos.

Comisariada por Alexandra Munroe, Philip Tinari y Hou Hanru, cuenta con seis secciones temáticas y cronológicas y todo tipo de prácticas artísticas que invitan a la reflexión:  performance, pintura fotografía, instalación y videoarte.

No obstante, esta más que notable exposición está acaparando atención y titulares por tres obras en concreto protagonizadas por animales.  Una de ellas es la que da título a la exposición, El teatro del mundo y El puente, una instalación del artista Huang Yong Ping que pudo verse por vez primera en Stuttgard en 1993 y que, en dos grandes terrarios con forma de tortuga y serpiente, tiene en su interior diferentes insectos y reptiles vivos como metáfora de la globalización.

El uso de animales vivos en instalaciones artísticas es un debate abierto que enfrenta a los defensores de los animales con aquellos que defienden la libertad artística, en el que choca lo que unos consideran unas condiciones de vida y cuidados aceptables con lo que otros creen suficiente, y que en el Guggeheim de Nueva York se saldó, tras una intensa campaña que obtuvo más de 825.000 firmas en Change, con la retirada de esta obra.

También con la decisión de no mostrar otras dos: A case Study of Transference de Xu Bing que muestra a dos cerdos copulando rodeados de público, uno con carácteres chinos y otros occidentales escritos sobre el cuerpo, y Dogs Cannot Touch Each Other, de Sun Yuan y Peng Yu, en el que se ve a ocho pitbulls sujetos con arneses sobre cintas de correr y enfrentados, queriendo atacarse.

En lugar de los vídeos y los animales vivos, se mostraron durante todo el periodo que se mantuvo la exposición los comunicados de los artistas respecto a sus obras y la retirada.

En Bilbao los perros no se mostrarán, pero si las otras dos, lo que también está generando protestas.

En el Change abierto en España ya suman más de 50.000 firmas, y PETA  envió este mismo miércoles al museo una carta urgente instando a que retire El teatro del mundo.

"Desde pinturas rupestres, hasta creadores contemporáneos, los grandes artistas admiran a los animales sin hacerles daño", dice la directora de PETA, Elisa Allen. "La gente a la que le parece entretenido ver a animales siendo tratados como exhibiciones vivientes y tratando de devorarse los unos a los otros, son individuos enfermos y el Guggenheim no debería apoyarlos."

En su carta, PETA recalca que tales exhibiciones, promueven la crueldad a los animales, son seres vivos altamente inteligentes, con emociones complejas y capaces de sentir miedo y dolor. La agrupación le solicita al museo que adopte lineamientos como los del College Art Association, la principal asociación profesional de artistas, estudiantes e historiadores del Arte y críticos, que declara que ninguna obra de arte deberá causar "dolor físico o sicológico, sufrimiento o estrés a un animal".

Las redes sociales se están haciendo eco.

Begoña Martínez Goyenaga, subdirectora de comunicación del museo, recalca la relevancia de la exposición, "muy coral y con más de 120 obras de 60 artistas y colectivos artísticos", y el posicionamiento claro del Guggenheim de Bilbao "a favor del bienestar de todos los seres vivos".

Por eso, explica a 20minutos, para la instalación de esta otra "el museo ha trabajado con el artista, con autoridades locales y expertos, se está cumpliendo toda la normativa legal. Son todas especies criadas en cautividad y se alimentan fuera del horario al público, lo que se ve es su convivencia".

Respecto a A case Study of Transference, Martínez Goyenaga explica que hablar de maltrato animal "no tiene ningún sentido", porque la obra simplemente "documenta una performance en una granja de China. Uno de los cerdos tiene estampados con caracteres chinos inventados y otro caracteres occidentales también inventados, estampados con tinta y en el vídeo se ve cómo se los ponen. No hay sufrimiento animal alguno, es evidente".

En cuanto a la obra que no se exhibirá, la que muestra a los ocho perros enfrentados en un vídeo, la portavoz del Guggenheim apunta a que, en su lugar, se ha optado por exhibir otra creación del mismo artista llamada Freedom, porque "subyace a toda la exposición la necesidad de proteger la libertad de expresión y luchar contra la censura".

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