Así lo ha señalado a Europa Press el presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla (FAS), Mauricio Soler, quien ha señalado que, aunque en febrero se tenían unas perspectivas negativas por la situación hídrica del momento, las precipitaciones caídas en los meses de marzo y abril han tornado las estimaciones al contar con agua para el cien por cien de las hectáreas.

De igual manera, ha explicado que el sector arrocero trabaja de manera coordinada con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para usar de una manera eficiente el agua, de forma que esta se suelte cuando los arroceros la usen al máximo.

Ante esta situación, los arroceros estiman que la cosecha de este año puede estar dentro de la media de los últimos años, que ronda los 8.500 kilos por hectárea. En este sentido, Soler ha apuntado que la campaña de 2017 no registró problemas y alcanzó esta media.

Cabe recordar que la dotación prevista en la Comisión de Desembalse celebrada el 26 de febrero era de 600 hectómetros cúbicos, cantidad que casi se ha duplicado gracias fundamentalmente a las precipitaciones de la primavera, que han permitido que el Sistema de Regulación General pasara en dos meses del 24,7 por ciento, en estado de emergencia, al 57,94, en estado de prealerta.