ÁLEX GRIJELMO. PERIODISTA
OPINIÓN

Carta a Hazte Oír

Álex Grijelmo.
Álex Grijelmo.
20MINUTOS.ES
Álex Grijelmo.

Muy señores y señoras suyos:

Han desarrollado ustedes una campaña que entraría en el ámbito de la libertad de expresión si no fuera porque excede las franjas de la audiencia protegida. Porque ustedes han invadido el horario escolar y su autobús circula sin restricciones, con riesgo de dañar o desconcertar a los niños a quienes se dirige el mensaje; sobre todo, a los que se sienten concernidos directamente.

Es decir, están hablando ustedes a los menores como si fueran adultos, algo que tal vez contraviene incluso la propia ideología que les venimos conociendo.

Pero de todo eso se ha escrito ya, y no vale la pena hacer más montones de papeles con el mismo argumento.

Me he fijado, sin embargo, en una cuestión que puede parecer secundaria.

El mensaje que ustedes han colocado en ese autobús destinado a recorrer España dice: "Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo".

Llama la atención en primer lugar que el anuncio intente adoctrinar a los niños con ese lenguaje, desde luego, pero me quedo con esta oración: "Que no te engañen".

Imagino a un muchacho de doce o catorce años, a una muchacha de trece o de dieciséis, que se sienten incómodos en sus propios cuerpos y están descubriendo que sus inclinaciones, ya sea incipientes o desarrolladas, difieren de las que sienten sus compañeros de colegio. Y tal vez su primera inquietud consista en plantearse si lo que experimentan es verdad o no, si tiene solidez, si será algo pasajero, si lo ven con claridad o por el contrario albergan dudas razonables. Es decir, quizás se estén preguntando si ellos mismos se engañan, ya sea al reafirmar lo que sienten o al contradecirlo.

Por eso me parece incomprensible la admonición "que no te engañen", como si ese proceso de búsqueda interior y de asunción de su realidad dependiera de lo que les dicen otros. Al contrario: parece más esperable que aquello que los otros les digan se dirija precisamente a aplacar lo que está surgiendo de su interior, o a negarlo y reprimirlo. Porque la sociedad actual todavía tiende a castigar al diferente, al que se aparta del camino trazado por el pensamiento y la religión dominantes. Y en esto destaca su organización, señoras y señores de Hazte Oír.

Por eso creo que quienes se están dedicando a engañar a esos niños son precisamente ustedes. Y entonces, sí, asumo esa parte de su mensaje: que no se dejen engañar.

Un saludo lejano

Alex Grijelmo

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