CHARO RUEDA.PERIODISTA
OPINIÓN

No hemos aprendido nada

Charo Rueda, periodista.
Charo Rueda, periodista.
CHARO RUEDA
Charo Rueda, periodista.

Que los jóvenes y la vivienda son dos polos opuestos en la España de hoy que caminan en paralelo y nunca se juntan no lo discute nadie, ni siquiera el que pone las normas para que esto siga o no siendo así.

De miles de casos de jóvenes que no pueden comprar una vivienda ni siquiera alquilarla está este país lleno, y este sábado pasado volví a comprobarlo en carne próxima, la de mi sobrina casi treintañera, con una ingeniería, sus másteres correspondientes y se supone que un buen trabajo en donde le pagan el triple del salario mínimo interprofesional, que está en unos 707 euros, por echar el resto. Para darse con un canto en los dientes si una se fija en lo que también hay alrededor, porque si nos atenemos a los análisis que publican distintas organizaciones, uno de cada cinco españoles gana menos de 1.002 euros al mes.

Ella cuenta que aspira a poder comprar el piso donde vive de alquiler, una casa de 50 metros cuadrados por la que le piden unos 180.000 euros. Pero ahorrar para poder costear el 20% de esa cantidad –el otro 80% lo pagaría con un crédito bancario– es hoy una hazaña imposible. Ni lo tiene ni podría ahorrarlo en un tiempo prudencial por el excesivo alquiler que paga y por lo que han subido también la luz y el gas. Según Attac, en España en diez años el agua ha subido un 76%; el gas, un 48%, y la luz, un 87%, mientras los salarios, solo un 13%. En 2007, para pagar estos servicios básicos se necesitaba un 9% del salario medio; ahora se necesita un 14%.

"No hemos aprendido nada –dice–, llevamos diez años desde que estalló la crisis y estamos repitiendo lo mismo que nos llevó al desastre. Si los alquileres tuvieran precios asequibles como en el resto de Europa, nadie pensaría en comprarse una casa, pero siendo como son, terminas por embarcarte en la compra, si puedes".

El precio medio del alquiler en España es de 1.153 euros mensuales y ya toca máximos históricos, los del año 2007, justo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y comenzara la debacle.

El último Observatorio de Emancipación elaborado por el Consejo de la Juventud señalaba que el acceso a una vivienda es misión imposible para buena parte de los jóvenes, que debería destinar el 59,5% de su salario para poder adquirir una casa y la superficie máxima a la que puede aspirar es de 50,4 metros. Para hacerlo sin riesgos, los jóvenes deberían cobrar un 98,23% más de sueldo. En el segundo trimestre de 2017, tan solo el 19,4% de las personas de 16 a 29 años en España había conseguido emanciparse del hogar familiar. El mismo informe señala también que el 61,1% de los jóvenes no trabaja y no dispone de un ingreso salarial y, por si fuera poco, el sueldo medio neto de los que tienen empleo, con las pagas extra incluidas, no llega a los 900 euros al mes (898,35 euros), y a menos de 640 euros el de los de 16 a 24 años. Así que viendo este desolador panorama todavía piensas que tu gente es privilegiada, aunque trabaje mil horas, pague un alquiler desorbitado y no le dé para mucho más.

Para darse con un canto en los dientes. Tela, ¿eh?

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