Los militantes socialistas valencianos quieren a Pedro Sánchez y a Ximo Puig. Así ha quedado de manifiesto en los apenas dos meses que han separado las elecciones primarias federales de las autonómicas. Puig apoyó a Susana Díaz, que fue vapuleada por Sánchez en la Comunitat Valenciana con un 63% de los votos frente al 27% de la andaluza. Este domingo, Puig se ha situado en el entorno del 57%, frente al 42% de su rival, Rafa García, respaldado por las plataformas sanchistas para relevar al jefe del Consell del liderazgo del PSPV-PSOE.
Esta ha sido la principal clave del proceso. Puig se equivocó al avalar con su dimisión la operación de derribo de Sánchez (él mismo ha reconocido el error), pero Sánchez y su equipo, en plena cresta de la ola triunfal, encajan un correctivo innecesario. Ximo Puig no es solo el líder de los socialistas valencianos, es el presidente de la Generalitat, y una operación para descabalgarlo del liderazgo orgánico suponía un órdago al Gobierno que preside y un riesgo de consecuencias incalculables.
Puig y su equipo han logrado que esa tesis calara y han activado todo un engranaje de lealtades, desde asesores y altos cargos a líderes de agrupaciones locales. Tiene un 40% de oposición interna, pero salva los muebles cuando peor lo tenía y sale reforzado.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios